Cuando la música y el arte se unen para contar una historia
Déjame soñar contigo llegó a mí por esas coincidencias maravillosas de la vida: conocí a Arianna Saurith Fernández, su autora, en la editorial Calixta. Ambas lanzabamos nuestros trabajos literarios, en el marco del primer festival virtual del libro en Colombia: Serendipia.
La novela está narrada en primera persona. La obra tiene una estructura lineal, está dividida en treinta capítulos cortos, que se van enlazando en orden cronológico, lo que hace fluida la lectura y ayuda al lector a permanecer siempre en escena, sin perderse ningún detalle de la trama. El lenguaje es fresco, espontáneo, y contemporáneo:
«Seguro mi rostro herido fue una burla para él, quizás me fotografió y seré tendencia en Twitter una vez más con el hashtag #AfricaElReinoCaido».
Déjame soñar contigo es una novela juvenil romántica. Relata la forma en la que dos jóvenes se enamoran que, en este caso, no tienen que luchar contra su familia o clase social para estar juntos, sino contra sus propios límites, temores y excesos: «Él aún no comprende que la manera tan descarriada con que maneja su vida lo llevará a una colisión». La protagonista de esta historia es Luna de África Ross, de la que conocemos todo, y es ella misma la que nos cuenta sus sueños, temores, sentimientos y la de los otros personajes que hacen parte de su universo: «Solo escucho los latidos de mi corazón y todo lo que me rodea empieza a perder color».
La subtrama se compone por conflictos familiares de los dos personajes principales, que nos develan las razones de las que derivan sus circunstancias actuales y las decisiones que han tomado, ya sean las acertadas o aquellas que los han acercado a su propia destrucción:
«Otro jugador trajo alcohol y él se lo bebió a escondidas. Cuando lo encontré estaba desmayado en el suelo sobre su propio vómito».
La historia se desarrolla, en su mayoría, en la ciudad de Albuquerque, a donde llega Luna de África Ross como consecuencia de la separación de su madre con su padrastro. Allí, Luna debe ser la madrina de un joven conflictivo con problemas de adicción, Keaton Austin Wood, quien está al borde de perderlo todo, si no se rehabilita. Uno al lado del otro descubrirá la amistad, la lealtad y la forma poderosa en la que el amor verdadero trasforma la vida. Destaco el buen sentido del humor dentro del relato, hace que la lectura sea agradable y amena:
«Su expresión de horror y confusión es mucho mejor que el café que bebí antes de salir hacia la mansión Wood».
También fueron interesantes las referencias musicales dentro de la obra. La autora aprovecha la música para mostrarnos a profundidad el estado de ánimo de los personajes y los enlaza con imágenes y recuerdos:
«Conecto mis pensamientos con una canción perfecta, ‘Clocks’, de Coldplay y veo el paisaje a través de la ventana, simulando estar en una escena de reflexión como en las películas que suelo ver con mi abuela».
A su vez, hay intertextualidades pictóricas esparcidas en la narración, Saurith nos lleva a un interesante recorrido por el arte gráfico, cuando su protagonista compara a alguno de los personajes con una pintura, con un actor de cine o un personaje de antaño; en definitiva, estos fragmentos de la novela me cautivaron:
«Me gusta la serenidad que hay en su rostro, tanto como para inmortalizarlo en un retrato de Vermeer».
Otro componente relevante de la novela es que aborda el consumo temprano y sin control de alcohol y drogas ilícitas que los jóvenes usan para escapar de la realidad que los rodea, para llenar todos esos vacíos que genera la falta de una familia. Es una novela que subraya el tema de la relación padres e hijos y nos invita a reflexionar sobre qué tanto conocemos acerca de ellos, de sus anhelos o más grandes temores.
Déjame soñar contigo es una lectura que recomiendo, no importa que edad se tenga, ya que, entre sus líneas encontraremos fragmentos de nuestras propias vivencias: el primer amor, la rebeldía de la adolescencia, la creencia de que el mundo está contra nosotros y que nadie nos entiende; la revelación de nuevas sensaciones y la vulnerabilidad de la vida.
Me quedo con la claridad narrativa, el uso de un lenguaje sin pretensiones, sin ambigüedades; frases breves y bien hiladas y una historia que nos confirma, una vez más, que el amor nos salva de caer en los abismos más oscuros que yacen dentro de nosotros mismos.