En este cuento, Viviana Vanegas nos invita a presenciar un rito de paso: la primera menstruación de Irene, un instante que transforma su relación con el mundo. Entre metáforas y símbolos, la autora convierte la casa en un refugio sagrado y el vuelo en la bella imagen de descubrir el propio poder.
Lo que más cautiva de esta historia es su lenguaje poético, capaz de tejer imágenes tan delicadas como profundas. Los personajes —Irene, Marla y la abuela— son, al mismo tiempo, tres mujeres y una sola en distintas edades de la vida. Cada relectura revela un detalle nuevo, un gesto oculto que da a la narración su atmósfera mágica.
Un cuento breve, pero poderoso, que celebra el inicio de la metamorfosis femenina con ternura y sabiduría.